domingo, 22 de septiembre de 2013

Arráncame la vida

Es un adiós, un adiós a esta rutina de perderte y tenerte. Un adiós a todo lo que me hace estar triste, o quizá un simple hola. ¿Por qué las personas que más daño nos hacen siempre están presentes en nosotros? Nos ahogan, nos frustran, nos hacen caer en la rutina de la pena y se quedan mirando, mirando como nos estamos muriendo, y no nos echan una jodida mano, la persona que más quieres, más has querido, o la persona por la que aún sientes dependencia se está quedando a mirarte mientras te ahogas y no te ayuda. Y en pocos minutos estas viviendo, alguien te ha sacado de la rutina, pero tu has vuelto a caer, y él ahora te ha dejado sola y no encuentras los días, las horas, y no sabes que hacer, en que emplear tu jodido tiempo, cuando antes lo empleabas en sobrevivir o en intentarlo, y vuelves al círculo vicioso de buscarle o de dañarte, dañarte mirando fotos, preguntando por el, volviendo al baño para mirarte al espejo y recordar como el te abrazaba por la cintura y te daba miles de besos hasta acabar en tus labios, vuelves a echarle de menos, a esa persona que dejo que te ahogases, esa persona que ha hecho que detestes el amor, tu vida, o  no sé, incluso a ti misma.