domingo, 30 de junio de 2013

Descosidos

Lo de que no te voy a escribir no te lo crees.
Yo tampoco.
Seguiré tomando cada una de tus líneas,
 como si hablasen de mi. 
Como si esa musa que tanto ansias;
 fuese yo.
Como si lo único que te saciará;
fuese escribirme,
y ni con esas.
Llenaré mi vacío con Jack Daniels 
o quizá, solo quizá, con tu mirada.
Aunque siempre dijimos que el Jack Daniels nos recordaba tiempos mejores.
Y que tiempos, amor.
Quizás esta noche tenga que dejarlo para no entristecerme, pasarme al Vodka.
Porque ahora, amor, ya no son tiempos mejores.
Que ahora te escribo por si vuelves y
 no he vuelto a ver una carta con tu nombre en el buzón.
Que te busco cada mañana y ya no es tu pecho el que encuentro al girarme.
Que ya no estás, y que yo ojitos cansados, tampoco estoy.

sábado, 29 de junio de 2013

Triste, como el beso de despedida, quién diría que sería el último

La luna podía a ver sido testigo de aquella noche.
Aquella noche en la que por fin era tuya, eras mío, éramos eternos.
Y quién iba a juzgarnos si con tu sonrisa todo se pasa.
Si tus besos son la mejor condena conocida y
lo de que no estés conmigo la peor tortura.
Quién clavará esta noche unos enormes ojos en mi, en mi boca.
Quién me pedirá que le bese una vez más por si acaso es la última.
Quién dibujará constelaciones en mi espalda y las pondrá nombre, dime, quién.
Quién sabrá de mi, de ti, quién sabrá de nosotros, de lo que fuimos, de lo que pudimos y no fuimos.
Quién me dirá que es esto es el final y luego me volverá a besar, quién

lunes, 10 de junio de 2013

A contrarreloj, pero contigo.

Ahora todo esta sucio, rodeado de papeles a medio quemar, de cristales rotos, y con olor a quién sabe qué de aquella noche. 
Solo por el 'no quiero verte', por el resquicio de amor que se esfumó en el momento que cruzaste la puerta. 
No he tenido el valor de tocar nada, ni el frasco de colonia que te dejaste en la mesilla, tampoco he tirado tu camisa favorita, te la dejaste, y parece que a conciencia, no soy capaz de tirar esa colonia, tu olor.. con el que me despertaba todas las mañanas, y lo que daría por seguir despertándome con el, por eso no la tiro por el retrete, paso de desperdiciar tu maldito olor. Y tu camisa, la que me ponía la mañana después de haber cenado la noche anterior, por eso decías que era tu favorita, por como me quedaba, recuerdo que te encantada que me la pusiese, decías que me quedaba mejor a mi. 'Decías' , que raro suena, me sigo sin acostumbrar a este silencio, a no escuchar la tele a las cuatro de la madrugada o de no oler las tortitas, tus tortitas. 
Malditas manos todopoderosas, hacías que todo pasase con una caricia, siempre me hacías sonreír no recuerdo un día triste desde que te conocí, excepto ese 15 de enero o así. ¿Cómo pudimos quedarnos así? ¿Cómo fuimos capaces de no luchar por algo en lo que creíamos? ¿Cómo nos conformamos con ese final? 
Al menos, no lo olvides, estás presente en cada movimiento de la gente, incluso en los míos, estés donde estés, estás conmigo, y no lo sé, no lo entiendo, pero sigo queriendo de ti.

Desisto, de nuevo.

Estoy harta de despertarme cada noche, cada hora con el mismo miedo.
De querer vivir en una utopía.
De que no soportes ni que te quiera, ni que te odie.
De no saber si vas a estar esperando o solo pierdo el tiempo.
De que me hables y me obligues a escribirte, cada noche.
De que halla creído que tu serías el que llenaría mis días de algo de algo de alegría.
Pero como dije, eso creía.
De que digas que estás y no te vea.
De que digas que vuelves y no aparezcas.